domingo, 20 de junio de 2010

Visión de Shiva


No tengo metas por alcanzar. La vida como me vaya viniendo me place igual.

No tengo nada para construir. La época de las grandes construcciones está llegando a su fin… al fin y al cabo, construir es una palabra que dura demasiado tiempo.

No quiero una casa propia donde vivir. … es bien sabido que una vez que una casa propia se instala dentro tuyo es muy difícil hacerla salir, y que para caminar por el mundo no es prudente ser habitado por algo tan pesado y grande, y lleno de cosas como una casa.

No quiero un seguro de vida. La vida no se puede asegurar. Lo que se puede, en todo caso, es asegurarse de vivir bien la vida. Lo demás son sólo numeritos en un papel.

No tengo nada nuevo que decir. Ya todo está dicho, todo está hecho, todo está inventado. A nosotros lo que nos tocó fue memorizarlo … el aprendizaje inoficioso de los restos que una historia mal escrita nos dejó de las grandezas (y con triste frecuencia de las bajezas) humanas.

No tengo grandes causas que emprender. Dios no me ha dado mandamientos, ni zarzas en llamas, ni estandartes. Sólo la voz que insistentemente llama a ser –como mejor se pueda- feliz, haciendo lo propio con quienes me rodean.

No tengo mundos por descubrir ni tierras por conquistar. El único universo que queda por navegar es el de mi propia oscura mente… ese habitáculo desconocido.

He notado que todo se derrumba por doquier pero que aún así, en medio del estruendo, las viejas estructuras se resisten. He visto que nos resistimos nosotros también, sosteniendo órdenes ya caducos, ruinas de ese mundo que construyeron para nosotros el progreso, la desigualdad y la dominación. Desechos de ese mundo que hoy, poco a poco, libera sus últimos y agónicos mandatos absurdos a la vez que nos sacude y nos escupe a todos en los estertores de su tan dilatada muerte.

Pero mientras llega el momento de despedirse (y que maravilloso será en efecto ese momento) … ¿qué podemos hacer? A nosotros, los hijos de la decadencia, los testigos del fracaso, los interlocutores de la frustración, nada nos espera y nada nos ha quedado. Lo nuevo aún no nos ha sido dado; lo viejo nos produce desconfianza y repulsión.
Así que mientras este mundo inmundo se derrumba, sólo nos queda embriagarnos de dicha, entregarnos a las brasas sin reparos, besar la boca llena de la vida que siempre es bella, y bailar, bailar … Como una visión de Shiva entre las llamas, amando y riendo a carcajadas, celebrando la dulce y sensual potencia de ese aliento creador que subyace tras el caos pornográfico y sangriento de la destrucción.

No quiero construcciones, ni seguros, ni metas, ni casas, ni Dioses ni causas, ni ideas que proponer. Mientras danzo y me colmo de la vida, el mundo conocido y vano arde y arde bajo mis pies. 

1 comentario:

  1. Hey, mira, ahora estoy buscando de parteras en Colombia y por accidente me encontre con tu blog Violeta. Este post me recuerda una cancion de nina pastori de joyas prestadas cuya primera frase es yo no quiero... no me acuerdo del titulo, pero el post me agrada. Yo tambien trabajo asuntos de genero, aunque estoy metida en el cuento de la literatura. Si quieres, pasa por mi blog draculjuliana.blogspot.com. Si tienes mas informacion de parteras te agradezco.. ahora estoy trabajando en un paper de poscolonial y la novela que trabajo tiene la presencia de estas mujeres... suerte y no dejes de liberarte con la escritura

    ResponderEliminar