sábado, 14 de septiembre de 2013

No es el qué. Es el cómo


No sé si esta pregunta sale directo de la entraña masculina (ya me dirán los lectores) o es más bien el producto de la forma en que hemos llegado a entender el sexo gracias a cosas como la Cosmopolitan, la tele y el porno; pero el hecho es que no es la primera vez que me la hacen y ya que es sábado y no tengo ganas de trabajar, voy a divagar un poco al respecto. 

¿Qué te gusta que te hagan?

¿Les resulta familiar? ¿Alguna vez se los han preguntado? La verdad es que yo nunca sé bien qué contestar a esta pregunta.  ¡Qué! me pregunto... ¿Qué?

Primero que todo habría que reparar en que cuando alguien pregunta una cosa así, de alguna forma está esperando que uno le de una suerte de receta milagrosa, de movida infalible. Si sabes qué es lo que más me gusta que me hagan, pues me lo haces y ya ¿no? ¡Qué fácil sería! Entonces toco aquí, muerdo allá ¡y listo!  La verdad revelada. El mejor sexo de mi vida.  Ay....   ¡Pero qué pregunta esta! En serio....

Vamos a ver. No voy a ponerme con el cuento aquel de que "a las mujeres lo que les gusta es..." o "los hombres siempre..." porque hablando de todo un poco, y especialmente de sexo, no creo que exista lugar para estas generalizaciones (sólo en la Cosmo, la tele y el porno). Así que por respeto de género voy a limitarme a decir lo que me gusta a mí y eso hará que la cosa suene profundamente personal.  Ya después las que estén de acuerdo lo compartirán y le darán like :p

Bien.. por dónde empezar a agarrar esta pregunta tan complicada.  Lo fundamental aquí - si es que queremos llegar a algo- es tener presente que lo importante nunca es realmente el qué sino el cómo. Alguna vez ponía por ahí en la página: "A veces es preciso amar despacio... saber que puede haber más sensualidad en un aliento que en mil manos".  ¡Y es que es eso! Eso lo resume todo ¿no? Pero como dije no estoy para resúmenes, así que vamos a allá. 

Cuando me preguntan qué me gusta pienso en esos momentos que realmente me han erizado la piel, que me han hecho caminar por los límites del deseo con el pelo revolcado y la sangre en las mejillas y el corazón latiendo a mil como queriendo salirse del pecho. Pienso y pienso a ver qué era eso tan maravilloso que me estaban haciendo y la respuesta nunca es una sola:

Cory Godbey
...Su mano helada, tan quieta y próxima, que la piel empieza a derrapar por entre ensoñaciones de lo que está a punto de suceder. ¿Acaso hay algo más estimulante que presentir el sexo sin saber realmente lo que a uno le espera?
... Sus labios llenos, secos por el viento, respirando agitadamente cerca a mi boca, mientras su pelo se me mete entre los ojos.  
... Su lengua atravesando la espalda por el centro, desde el sacro. 
... Su mano sujetándome las muñecas contra la almohada.
... Sus dedos entre mi pelo cerrándose con fuerza. 
... Sus besos por mi cara... muchos...veloces. 
... Sus piernas separando las mías.
... Su risa
... Sus brazos levantándome, dándome vuelta, llevándome de un lado a otro de la cama. 
... Su mirada tragándome en la distancia.

... Sus ganas... las mías... 


Este juego -porque siempre debería serlo- no tiene reglas. No hay llaves mágicas ni puntos milagrosos. Me da igual un dedo aquí, que una mano allá, que una boca no sé donde. Lo que quiero es tener ganas infinitas de ese dedo, de esa mano o de esa boca. Lo que quiero es que me sorprendan. Lo que quiero es que me hagan sufrir un poco. Lo que quiero es que me busquen y luego miren a ver cómo me encuentran. 

También quisiera que me reconozcan como un ser sexual. Que se dejen de coloquios sobre la ternura. Que me dejen ser y se dejen ser, porque el sexo es algo que nos pasa a todos.

Y toda esta tontería de las técnicas... del punto G, A, B, C, D ...   Lo que lo consume a uno es el deseo del otro. Para ser "buen polvo" no hay que ser un acróbata y el "juego previo" no es un manual de lugares para tocar ¡No! El juego para mí es tentarme y el buen sexo es tomarme como si no hubiera nada más en la vida que ese momento. El buen sexo es saber qué quieres y para dónde vas. Es estar ahí, presente, sin quitarme la mirada de encima porque si no me estás viendo es como si te perdieras algo; como si corrieras el riesgo de que pronto me volviera menos tuya. Es morderte la boca de las solas ganas que tienes de la boca mía. Es entregarte por fin ¡por fin! a mi pecho, como si sólo allí hubiera alivio. Como si fuera la única salvación después de haber sufrido tanta distancia... Esa distancia insalvable que en un milímetro separa tan hondamente tus labios de los míos. 

¡Eso es lo que me gusta que me hagan! Que me persigan, que se me escapen. Que estén presentes. Que me amen.  Que me vuelvan loca. Que sepan cómo. Que me lleven al filo del abismo y me traigan de vuelta por el solo placer de hacerme suya.  

...Porque al final del día, chicos, chicas, gente de la Cosmo, de la tele y del porno, lo único que Caperucita quiere, es que se la coma un lobo. 

Adolfo Serra


Acotación importante: ...  Caperucita
 es un lobo


Ana Juan



2 comentarios:

  1. sin duda, el libro de las recetas sexuales esta cerrado al gran publico y solo el de bolsillo individual, nos salvará de la monotonía. Los fascículos, las revistas semanales y sus recetas ,nos dejan peor que antes de comprarlas y entonces necesitas pase la semana rápido, sin que caperucita visite al lobo, pendiente de la próxima resolución dominical, a la falta de estimulo... y ese lobo languidece en lo mas profundo del bosque!

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  2. Palabras maravillozas, precisas y memorables. Capaces de describir aquel instante revozante de magia. al borde del delirio.
    Se hace urgente, por el bien de la humanidad, disfrutar de cada gota. roce, mordedura y mirada que inunda los cuerpos despojados de juicios, danzando electromagneticamente al son del amor escencial!
    GRACIAS

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